En los días en que decir que te dedicabas al pop era casi una vergüenza, sobrevino el huracán cultural Supernova y finalmente cambió el switch a todos los que les gusta la música en general y no un simple género. Aún así el pop chileno está en pañales, incluso todos quieran subirse el carro de la victoria definiéndose como pop-rock, pop-punk, hip-pop y cuánta mezcolanza se les pueda ocurrir.
Sin embargo, este año nos ha dado muestras más que suficientes de calidad por sobre cantidad. Basta nombrar a ‘Mena‘ de Javiera Mena para solventar este discurso, si a eso le sumamos, siendo generosos, a Gepe; fácilmente sobrepasamos en calidad lo que todo el mainstream pop chileno tiene para ofrecer. Escondan a todas las cucarachitas de matinal y programa vespertino, porque a estos dos se les acaba de sumar con una solvencia desafiante el nuevo disco de Dënver, “Música, gramática, gimnasia“.
Sin embargo, este año nos ha dado muestras más que suficientes de calidad por sobre cantidad. Basta nombrar a ‘Mena‘ de Javiera Mena para solventar este discurso, si a eso le sumamos, siendo generosos, a Gepe; fácilmente sobrepasamos en calidad lo que todo el mainstream pop chileno tiene para ofrecer. Escondan a todas las cucarachitas de matinal y programa vespertino, porque a estos dos se les acaba de sumar con una solvencia desafiante el nuevo disco de Dënver, “Música, gramática, gimnasia“.
Desde el punto de vista musical la evolución de Dënver ha dado pasos agigantados. No es que sus trabajos anteriores Solenoide y Totoral, EP y LP respectivamente, hayan sido primitivos, sino que en “Música gramática, gimnasia” se nota una madurez sin hacer alarde de ello, como cuando Gokú desapareció para entrenar con Kami-Sama y al reencontrarse todos en el torneo de las artes marciales ya era un adulto y medía mucho más y era más contenido que Krilin.
La influencia de la música ibérica sigue estando presente como siempre y la banda se hace cargo desde el primer disco de ella, no obstante, hoy ya se sienten con la comodidad suficiente como para mencionar directamente a Los Planetas en el single “Lo que quieras”. Esto sucede luego de que los sanfelipeños ya se han tomado el tiempo en forjar su identidad propia evitando cualquier calco y sobrevellevando bien la opción estética de su música. Al mismo tiempo bastante se ha dicho de la incidencia de Cristián Heyne en este proyecto, ciertamente parte de esa madurez del disco se deben a las horas de estudio que pasó la banda junto a un productor que sabe pulir con merecido cuidado los talentos de quienes le rodean.
La influencia de la música ibérica sigue estando presente como siempre y la banda se hace cargo desde el primer disco de ella, no obstante, hoy ya se sienten con la comodidad suficiente como para mencionar directamente a Los Planetas en el single “Lo que quieras”. Esto sucede luego de que los sanfelipeños ya se han tomado el tiempo en forjar su identidad propia evitando cualquier calco y sobrevellevando bien la opción estética de su música. Al mismo tiempo bastante se ha dicho de la incidencia de Cristián Heyne en este proyecto, ciertamente parte de esa madurez del disco se deben a las horas de estudio que pasó la banda junto a un productor que sabe pulir con merecido cuidado los talentos de quienes le rodean.
El disco en sí no da respiro, en los 45 minutos y medios que transcurre uno se pasea fácilmente por los 11 tracks que comienzan con “Mi primer oro” una canción casi instrumental si no fuera por las letras que Mariana Montenegro deja escapar casi al final. Al escucharla uno puede sentirse como en el momento previo al despegue del avión, cuando te entregan las normas de seguridad y las azafatas te tratan con cordialidad. Esta carta introductoria es suficiente para someternos a suspender nuestra incredulidad.
“Olas gigantes” nos introduce en el sonido definitivo del disco, es directa y clara, no se aprovecha del auditor y certeramente el coro remata en nuestra memoria la historia de la canción. Le sigue “Lo que quieras” cuyo videoclip ganó el Festival de Videoclips este año y del que es difícil desprenderse al entregarnos este Dënver, con mayor identidad del que hablábamos antes, la confluencia de los sonidos de la banda junto a los arreglos de cuerdas sutiles viajan en una vía contraria a la crudeza de la letra.
“Diane Keaton” es una pieza soul que se desenvuelve perfectamente en el espacio que ocupa en el disco, es muy difícil no imaginar las escenas de Diane Keaton en todas las películas de Woody Allen. Siendo Milton Mahan abiertamente cinéfilo era cosa de tiempo que diera con una composición de este estilo. Al no ser parte de ninguno de los dos singles que ha presentado la banda esta canción se presenta a sí misma como un grato descubrimiento.
“Los Adolescentes” es un mantra, algunos lo han tachado de apología de la juventud, pero tiene más que ver con el eterno problema del ser y el parecer, cuando Mahan canta “Te queda mal ser tan fatal” mientras Montenegro desliza insistentemente frases sobre la indecisión, logran avergonzarnos por las veces en que somos pendejos. Más que una mofa, parece una invitación a no tomarse tan en serio. “Los bikers” recurre temáticamente a la violencia en un rango similar a “Lo que quieras” todo se mueve en cámara lenta dentro de la canción elevándola aún más con las cuerdas. “Feedback” es un elemento del disco que parece tener vida propia dentro de él, los teclados y las bases adquieren más protagonismo que en el resto del disco para finalmente estallar en un coro bastante cósmico. “Cartagena” logra bajar las revoluciones del disco nuevamente en el momento preciso, hay más banda que en el track anterior y da paso el último cuarto del disco en donde le sigue “Segundas destrezas” una especie de spin off de “Los bikers” como si les hubiese quedado algo en el tintero. “Litoral central” vuelve a abrir la veta más electrónica de la banda y nos sumerge en un rave que podría seguir durante muchas horas.
“En medio de una fiesta” es un track nostálgico para cerrar un disco diverso que se retuerce y explota como una ola en el momento preciso para que podamos surfearlo si el verano deja de sernos esquivo.
“Diane Keaton” es una pieza soul que se desenvuelve perfectamente en el espacio que ocupa en el disco, es muy difícil no imaginar las escenas de Diane Keaton en todas las películas de Woody Allen. Siendo Milton Mahan abiertamente cinéfilo era cosa de tiempo que diera con una composición de este estilo. Al no ser parte de ninguno de los dos singles que ha presentado la banda esta canción se presenta a sí misma como un grato descubrimiento.
“Los Adolescentes” es un mantra, algunos lo han tachado de apología de la juventud, pero tiene más que ver con el eterno problema del ser y el parecer, cuando Mahan canta “Te queda mal ser tan fatal” mientras Montenegro desliza insistentemente frases sobre la indecisión, logran avergonzarnos por las veces en que somos pendejos. Más que una mofa, parece una invitación a no tomarse tan en serio. “Los bikers” recurre temáticamente a la violencia en un rango similar a “Lo que quieras” todo se mueve en cámara lenta dentro de la canción elevándola aún más con las cuerdas. “Feedback” es un elemento del disco que parece tener vida propia dentro de él, los teclados y las bases adquieren más protagonismo que en el resto del disco para finalmente estallar en un coro bastante cósmico. “Cartagena” logra bajar las revoluciones del disco nuevamente en el momento preciso, hay más banda que en el track anterior y da paso el último cuarto del disco en donde le sigue “Segundas destrezas” una especie de spin off de “Los bikers” como si les hubiese quedado algo en el tintero. “Litoral central” vuelve a abrir la veta más electrónica de la banda y nos sumerge en un rave que podría seguir durante muchas horas.
“En medio de una fiesta” es un track nostálgico para cerrar un disco diverso que se retuerce y explota como una ola en el momento preciso para que podamos surfearlo si el verano deja de sernos esquivo.
“Música, gramática, gimnasia” puede descargarse gratuitamente para Chile en el sitio web del Sello Cazador. Para el extranjero estará en Itunes a partir del 1 de noviembre de 2010.
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